Estamos en tiempos de elecciones. Comicios en Venezuela este domingo, después en Colombia, y más adelante en México y Brasil. Y en Cuba acaba de ser electo Diaz-Canel por la Asamblea del Poder Popular- el Parlamento de la nación- como como nuevo Presidente del país caribeño. El clima electoral en América Latina está en peligrosa ebullición y el ambiente que se respira es cada vez más serio.
Pero de lo serio a veces se pasa a la broma. Al relajo, al sainete cómico, como el que está escenificándose en Miami en estos días con la batalla por la jefatura de la oposición cubana entre dos personajes del folclore criollo, una bufonada que bien pudiera haber escrito el humorista Castor Vispo, el autor genial de los libretos cómicos de la “Tremenda Corte” y “Pototo y Filomeno”.
Resulta ser- como diría un narrador de cuentos infantiles- que se ha desatado una feroz batalla por la jefatura de la oposición cubana entre dos pintorescos personajes de la fauna miamense, uno de ellos, veterano del llamado “Exilio histórico” de apellido Saavedra- el hombre de los tirantes y los berrinches en la esquina del restaurante Versalles- y otro recién llegado de Cuba que se auto titula “El Sexto”, de apellido Maldonado, un patronímico muy oportuno porque de que está “mal donando” sí que lo está, con su cara de imbeciloide y de indumentaria atorrante.
La batalla por la presidencia futura de Cuba entre estos dos “fantoches” del Miami cubano está relegando a un segundo plano a las jefaturas tradicionales opositoras, tanto las del llamado “exilio histórico” como la de la “Disidencia” interna” de la isla, que ambas de tantos años de inútil pasar, se están poniendo arrugadas, viejas y feas, como las brujas de los cuentos de hadas.
“El Sexto, pintando paredes con carteles que dicen “Yo Presidente de Cuba” y su rival Saavedra- dando berridos en la esquina del Versalles, hacen desternillarse de risa a quienes siguen de cerca esta bufonada cubana del Miami revuelto y patidifuso que se hace llamar por razones turísticas, “la capital del sol” si bien para muchos es el refugio seguro de todos los políticos ladrones del continente americano o el basurero de la historia de su pasado que no puede volver.
La batalla presidencial entre estos dos “fantoches” criollos de poca monta y burlesca existencia pica y se extiende y habrá que tomar partido, puesto que los otros candidatos de la oposición cubana van de malo a peor que cualquiera de ellos dos.
Así las cosas, después de todo el Miami cubano es un sitio muy divertido con su política de sainete cómico. Lo que nos trae de nuevo a la memoria el cartel grafitero- que no fue obra de “El Sexto- que vimos pintado en una pared de la “Pequeña Habana” que decía : “Votemos por las prostitutas, que sus hijos lo hicieron muy mal”.
Les habló para Réplica de Radio-Miami su director Max Lesnik
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