Vieja historia. Viejo el método. Lo mismo de cuando Hollywood ganaba en el celuloide la guerra que en Vietnam perdían en la jungla de ese país. Algo similar hacen los medios masivos de comunicación de este Condado de Miami-Dade, los cuales, como siempre, con descrédito, ocultamientos, falsedades y malas interpretaciones desde hace medio siglo hacen guerra contra Cuba y alardean de que la ganan. 

     Lo harán por conciencia, necesidad, cálculo, desconocimiento, creyendo a puño cerrado o siguiendo cualquier rima, pues a diario se presentan como super anticastrista, anti Diaz-Canel, anti Asamblea Nacional del Poder Popular, anti UJC, anti el bigotudo Rafael Serrano, anti Red Avispa, anti Mesa Redonda, anti Silvio Rodríguez, anti, incluso, el Elpidio Valdés de la historieta infantil. Nada, pero absolutamente nada de la Isla para ellos huele bien. Alguien diría que es problema de otorrinolaringología mental. Pero lo que resulta inentendible es que ellos, adalides de la prensa libre, tal y como se presentan, y que a diario ponen a Cuba en el banquillo de los acusados, ni aún ahora, con esta pandemia que a todos nos asola, se atrevan a brindar cifras completas, ni aun dejando de analizar sus por qué. Aún menos se atreven a comparar las de Cuba con las de su patio floridiano. Pero conociendo la real libertad de prensa que por acá nos gastamos, entendemos tal proceder y por un elemental sentimiento cristiano y de colegas de oficio, no desearíamos que les dieran una patadita por la parte más baja de sus espaldas en momento tan difíciles y perdieran sus empleos, siendo la mayoría excelentes locutores, y los de la TV, sobre todo las féminas, de agradables fisonomías. 

     Las cifras son numeritos que  dicen mucho. Más si se comparan. Lo cual haremos, y considerando que a diario cambian tomaremos la de un día reciente. Si les parece bien, la del lunes 20 de Julio, recordando no olvidar el Condado de Miami Dade tiene alrededor de 2 millones 700 mis habitantes y Cuba alrededor de 11 millones 500 mil, casi cuatro veces más que la población de acá. Ahora vean:

     Cuba: 87 fallecidos. Miami: 1,302.

     Cuba : 2 mil 444 contagiados. Miami: 84 mil 327.

     Cuba: recuperados alrededor de 2 mil 229. Miami: no aparece el dato.

     Cuba: vigilancia en hogares, 130. Miami: parece que no se vigilan.

     Cuba: graves 1. Miami: no informa.

     Cuba: críticos 0. Miami: no informa.

      Hasta aquí gatillazos de cifras. Ahora analicemos un poco, teniendo presente que el número de fallecidos es lo más a tener en cuenta. Del contagio la mayoría sobrevive, con unas secuelas u otras, pero del hueco o la cremación nadie después hace el cuento. Así que veamos cómo se anda por aquí y por allá. Si relacionamos fallecidos contra número de habitantes veremos que el Condado debía tener solo alrededor de 20 muertos, pues es casi cuatro veces menor en población que la Isla, mientras que ésta debía sumar alrededor de 350 muertos y solo tiene 87.

     Claro que sería fácil acallar la realidad y sin pruebas simplemente decir por radio, televisión  y prensa escrita que las cifras de Cuba no son confiables, que son falsas. Facilito, facilito, así algunos creerán ganar como Hollywood en Vietnam. Además que daránn por seguro que sus cifras sin son verídicas, pues EE.UU. siempre dice la verdad, como si no se hubieran inventado las armas de destrucción masiva en Irak y, para señalar solo un ejemplo más, existe la larga lista de falsedades dichas nada menos que por el presidente de esta nación. Lista que el Washington Post ha recopilado y ante la que un habanero con lenguaje de barrio diría: “¡Coñooo, como mete guayabas el pelicolorao ese!”

      Por supuesto que las cifras pueden cambiar. Este virus es impredecible y, además, las poblaciones no todas cumplen las orientaciones.  Pero sea como sea no hay que alarmarse en demasía. Tal vez el genial, increíble, divino, colosal, extraordinario y fantástico presidente de la nación norteamericana –según adjetivos que al él lo subyugan–  no sea tan guayabero y en realidad bajo la manga tiene una cura celestial que de un día para otro liquide al tan jodido covid-19.

     Esa tendría que ser razón de su inexplicable omisión cuando hace poco visitó el Condado en momentos de ser éste epicentro de la pandemia. Aterrizó y ante los que fueron a aplaudirlo disertó sin dedicar ni media palabra al virus, ni a los fallecidos, ni a los contagios, ni a hospitales a punto de colapsar, ni a las urgentes medidas que hay que tomar. Pero no hay que pensar mal. A la espera estará del momento propicio –las elecciones son dentro de tres meses– para sorprender con su fabuloso remedio santo. Así que llega y tira una curva que si la tira en el Yankee Stadium el jonrón que le dan pasa por encima de su Torre de la Quinta Avenida. Sin embargo, con tan mal lanzamiento asombrosamente regocijó a su auditorio, tanto como si hubiera disparado un strike de cien  kilómetros por hora, pues dijo que él si va a liquidar al gobierno cubano, y al venezolano también, pues su antecesor en la Casa Blanca había sido un flojo, un completo incapaz, ya ustedes verán. Y los aplausos fueron muchos, como él esperaba.

     Mientras, en Cuba el doctor Francisco Durán, Director Nacional de Epidemiología  del Ministerio de Salud Pública, a diario ofrece un extenso y detallado informe respecto a todo lo relacionado con el virus. El gobierno toma medidas y si es necesario aislar una zona de un reparto, como recientemente en el Cerro, la prueba PCR es para toda la población del lugar y se rastrea a todos los que hayan tenido contacto con cualquiera de los contagiados, a los que se les hace también el PCR y si presentan el virus se internan y se medicamentan hasta su cura. 

     Sería justo y serio que los medios del Condado a diario sean más precisos respecto al virus y, sobre, todo, que no obvien la suma total de fallecimientos. Es esencial hacerlo y a diario, no de muy vez en vez, pues así no se toma en cuenta lo grave de la situación. Y es necesario que tal indeseada cifra –la de muertos– se tenga muy cuenta, que no se olvide, como ya se olvida cuanto demoró está calamidad sanitaria en reconocerse en el país, aunque autoridades de salud la alertaron. Hay que pensar que éste es tema de preocupación mundial, no de aviesa política local.

       Claro que no voy a ser tan ingenuo como para recomendar a los medios que valoren el informe del doctor Francisco Durán. Es el Director Nacional de Epidemiologia del Ministerio de Salud, galeno formado por los Castro. Sería demasiado para Miami. Así que paso página y de buena fe entonces recomiendo sintonicen Teletica, el canal 7 costarricense, y vean el noticiero que conduce el periodista Ignacio Santos, pues minutos antes de comenzar las autoridades de salud rinden un informe epidemiológico muy serio, detallado y diario, y si hay fallecidos no se traspapelan. Copien lo bueno y si conocimiento de todo tienen, por favor, no oculten, informen sin fullerías. Y, sobre todo, no olviden que en relación con el Covid-19 los muertos son los que más dicen de como de grave está la situación.

     Les habló para Radio Miami Nicolás Pérez Delgado.