MITO: «Si la revolución cubana es tan buena, los cubanos que viven en Estados Unidos y la defienden deberían regresar a Cuba». 

DESMITIFICANDO 

Salvador Capote 

REALIDAD:

La decisión de vivir en Estados Unidos es individual y se toma por una o varias de múltiples razones que forman parte de una libertad de conciencia que nadiesobre todo el que carece de la autoridad necesariapuede cuestionar. En Estados Unidos viven cientos de miles de cubanos que desean se establezcan relaciones civilizadas entre este país y Cuba, poder viajar libremente a la Isla y enviar ayuda a sus familias. Dentro de este sector hay muchos que defienden el carácter humanista de la revolución, sus logros y sus triunfossu inmenso esfuerzo por lograr un sistema de igualdad y justicia social, su solidaridad, sin que ello signifique que asuman necesariamente, en su totalidad, los principiosmétodos y objetivos revolucionarios.

Una parte considerable de la población cubana en Estados Unidos ha echado ya raíces profundas. Han establecido o reconstruido sus familias. Tienen hijosnietossobrinos, etc., nacidos aquí, y solamente alguien muy cegado por el rencormuy ignorantemuy insensible, o muy irresponsablepuede exigirles que, por razones ideológicas, los abandonen y regresen a vivir a Cuba.

A un gran amigo y compañero, Michael Martínez, nacido en Estados Unidos de padres cubanos, dirigente sindical, en una manifestación exigiendo el cese de la hostilidad contra Cuba y Venezuela, una periodista de la televisión le hizo públicamente la consabida pregunta: ¿Si la revolución cubana es tan buena, por qué no te vas a vivir allá?. La respuesta de Mike fue, en mi opinión, la mejor de todas: “No me voy a vivir a Cuba porque es aquí, en Estados Unidos, donde hay que hacer la Revolución”.

Mantener vínculos con la Patria es completamente normal. Lo que no es normal es que alguien, que se dice cubanoapoye el criminal bloqueo contra Cuba, abogue por recrudecer el estrangulamiento económico de su propio pueblo, trate de impedir el reencuentro de las familiaspromueva la ejecución de actos terroristas en el suelo patrio y se muestre –en su odio visceral- partidario de una invasión de marines a Cuba, aunque sepa que sólo recogerán “el polvo de su suelo anegado en sangre”, como advirtió Antonio Maceo.

Pero ya que de cuestionar se trata, ¿por qué no se cuestiona a los cientos de miles de norteamericanos que también por múltiples razones han establecido su lugar de residencia en el extranjero? ¿Por quési Estados Unidos es el paraíso, se van a vivir tantos a Costa Rica, República Dominicana, México… y es posible encontrarlos prácticamente en cualquier rincón del planeta?. Esto, sin entrar en el tema de las tropas de ocupaciónestaciones de la CIA, cárceles secretas y bases militares en todo el planeta.

Por último, y sin pretender agotar el temaaunque el gobierno cubano tiene el decoro de no utilizar el hecho como propaganda, cada año son miles los cubanos que, a pesar de todas las dificultadesregresan a Cuba para el reencuentro permanente y definitivo con su identidad y sus raíces.