Parodiando al Apóstol de la Independencia de Cuba, mi siempre admirado José Martí, «Para los pinareños que sufren, mis primeras palabras».

El problema es que casi me quedo sin palabras al ver el desastre que ocasionó el terrible huracán categoría 3 que pasó por la provincia de Pinar del Río. Las imágines son impactantes, no puede haber un cubano digno en este mundo que no se sienta impactado por lo que en esa provincia ocurrió. Si en el mundo aún existe la solidaridad humana, espero que la respuesta de ayuda sea enorme e inmediata.

Si al gobierno del país más poderoso del planeta le queda algo de humanidad y solidaridad, al igual que está mandando a los residentes del suroeste de La Florida una inmensa ayuda para paliar el sufrimiento de nuestros compatriotas norteamericanos, también debería hacer lo mismo con un pequeño país que está solo a 90 millas de su costas, que nunca le ha hecho daño y que lo único que ha querido es vivir en paz.
Espero que eso suceda, como ciudadano de esta nación que ama profundamente a su patria de origen, tierra en la que viví los mejores momentos de mi niñez y adolescencia, tierra que amo y defiendo