Los anfintriones junto al subdirector de RadioMiamiToday Lorenzo Gonzalo  y la periodista española Ana Hurtado

Es mi segunda visita al Centro Fidel Castro y la tercera que realiza RadioMiamiToday  invitados por René González Barrios y  Elier Ramírez Cañedo,  Director y subdirector del Centro    y creo que siempre que venga a la Habana visitaré esta casona que tantos recuerdos me trae de mi amigo Fidel, siempre cuento que conocí a Fidel Castro en la Universidad de La Habana, en la entonces Plaza Cadenas, frente a la Facultad de Derecho. Nos conocimos en un banco donde se encontraban los estudiantes para hablar de la actualidad política y para organizar las manifestaciones contra los gobiernos de la época, sea contra el aumento de los precios de los artículos de primera necesidad, de precio de la electricidad, del precio del transporte público.

Ingresé a la Universidad en 1948. Fidel ya estaba en la Facultad y estaba implicado políticamente en la vida estudiantil. Yo deseaba conocer a los diferentes líderes de la juventud que mantenían una posición vertical frente a la corrupción y el gansterismo de la época.

Fidel era un joven rebelde con inquietudes políticas. Entendí desde el primer momento que se trataba de alguien que sería el futuro líder de una Cuba distinta o un mártir. Creo que no me he equivocado. Fidel entró en vida en el Panteón de los libertadores latinoamericanos.

Fidel era a la vez un político de gran magnitud, un pensador y un visionario lúcido. Logró edificar una Cuba distinta y una América Latina diferente. A nosotros los cubanos nos cuesta darnos cuenta de que somos los motores de un proceso de emancipación, con nuestros aciertos y nuestras errores. Pero hay una constancia en el camino que señalo José Martí a finales del siglo XIX. Fidel Castro logró catalizar el entusiasmo y las frustraciones de varias generaciones para construir una Cuba revolucionaria.

 Recuerdo que en la Universidad, en el banco famoso frente a la Escuela de Derecho-lo he contado muchas veces-  confraternizamos en la fundación de un comité que se llamaba “Comité 30 de Septiembre contra el Gansterismo”.

Era el año 1949, bajo la presidencia de Carlos Prío Socarrás, marcada por los enfrentamientos entre bandas violentas que se disputaban en las calles de La Habana la hegemonía en el seno de la burocracia del Estado. Esos grupos procedían de los elementos revolucionarios que participaron en la lucha contra Machado y Batista. Luego, empezaron a enfrentarse para conseguir migajas del poder.

Para obtener la paz social, el Gobierno estableció el “Pacto de las pandillas”, otorgando cargos bien remunerados en la administración –botellas, como se decían en la época– a los líderes de esos grupos, que se dejaron sobornar. Esos grupos amenazaban entonces a los estudiantes de la Universidad y a los miembros de la Juventud Ortodoxa, que eran los únicos en denunciar la corrupción gubernamental.

La Universidad era la bandera de los valores de la República, heredados de Julio Antonio Mella, fundador del Partido Comunista Cubano y Antonio Guiteras, el alma de la Revolución de 1933. El Gobierno deseaba aplastar a esta resistencia universitaria, usando a los gánsteres contra los estudiantes. Incluso hubo algunos líderes estudiantiles que se dejaron sobornar.